MARRAKECH, ENTRE EL ZOCO E YVES SAINT LAURENT PASANDO POR DIOR

Desconectar, ¿una necesidad o un placer? Sinceramente, las dos cosas. Viajar es una de las mejores formas de lograr la desconexión. Una meta difícil de conseguir en el día a día, ya sabéis…demasiado tiempo en el interior de la mina. No sé vosotros, en mi caso creo que me podría apropiar del apelativo “Marathon Woman” tal como lo hiciera en su momento Dustin Hoffman en la ficción, claro está que por motivos bien distintos. Jornadas maratonianas se suceden sin interrupción semana tras semana. No me quejo pero reconozco que muchas veces acabo agotada, física y mentalmente. De ahí la importancia de la reflexión inicial, adoro escaparme para desconectar. Marrakech ha sido el último lugar en ofrecerme esta oportunidad. Una ciudad tan extremadamente diferente como cercana. Sólo tres noches en la Medina y unas amigas han bastado para recargar baterías.

Ha sido mi primera vez y creo que no será la última. Me quedo con ganas de más, especialmente de adentrarme durante algunas noches en el desierto. En esta ocasión hemos disfrutado principalmente de la vida dentro de la Medina y su laberinto rosa, un fabuloso caos a modo de gimnasio en el que entrenar los sentidos.

PLAZA JEMAA EL FNA

No es de extrañar que sea Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Situada a la entrada de la Medina, se erige en centro neurálgico de la misma. Se trata de un espacio inmenso y vibrante rodeado de restaurantes, tiendas, hoteles y edificios oficiales que sirve de punto de encuentro para residentes y turistas. La torre de la Koutobia la observa desde no muy lejos. Por el día acoge puestos de frutas, encantadores de serpientes, amaestradores de monos, vendedores de dentaduras postizas, aguadores…Una amalgama de exhibiciones que no os podéis perder. Ahora bien, si queréis foto con alguno de ellos…tendréis que pasar por caja, no perdonan la propina. Otro consejo, cuidado con los monos… ¡se te echan encima en cuanto tienen oportunidad! Por la tarde noche, desaparecen los personajes matutinos y el corazón de la plaza se llena de decenas de puestos de comidas. Son tantos y están tan iluminados que acaban convirtiendo el lugar en una brillante y gigantesca estrella con la que deslumbrarte desde la terraza de cualquiera de los numerosos restaurantes que la flanquean.

ZOCO

¡Una fantástica y cromática locura! Cientos (o miles) de comercios, en su mayoría pequeñas tiendas y/o tenderetes, inundan las callejuelas del Zoco. Sandalias, babuchas, productos de marroquinería, lámparas, chilabas, gandoras, bisutería, cestos de rafia…Puede decirse que tienen casi de todo. Pero de lo que más servidos van es de desparpajo. Desde el “Hola María” hasta el “Hola Miss España” pasando por tantas y tan súper hilarantes conversaciones en las que te ves inmerso a la vez que regateas intentando cerrar un precio. Hablamos de un arte, el del regateo, que ha alcanzado la categoría de ley en el interior del Zoco.

LE JARDIN MAJORELLE

Fuera de la Medina hay otra Marrakech. Salimos del recinto amurallado para visitar Le Jardin Majorelle, un oasis en verde y azul añil dentro de la ciudad. A su lado, el museo Yves Saint Laurent expone algunas de las creaciones más icónicas y espectaculares del diseñador. Sencillamente maravilloso.

DIOR CRUISE 2020 SHOW

Marrakech fué el lugar elegido por Dior para la celebración de su desfile colección Crucero 2020. Una ciudad con magia para mostrar al mundo las nuevas creaciones de Maria Grazia Chiuri. Diseños, todos ellos, inspirados en el archivo de la maison.

No estábamos invitadas…una pena. Todavía me estoy preguntando el porqué (aquí es donde inserto las risas) Lo cierto es que hubiera sido todo un detalle. Mientras nosotras recorríamos la ciudad también lo hacían muchos de los invitados al Dior Cruise. Era relativamente fácil tropezarse con alguno de estos ilustres turistas.

Durante la tarde noche del lunes 29 de abril y al mismo tiempo que el majestuoso Palacio El Badi servía de escenario para este magnífico evento, no muy lejos de allí desde la terraza de un restaurante y al más puro estilo”Sex in the City”, unas chicas muy monas (traducción: nosotras) asistían a otro fabuloso espectáculo, el ofrecido por la plaza Jemaa el Fna (un show en sí misma). Nada que envidiar al de Dior aunque…insisto, no nos hubiera importado lo más mínimo haber acudido al desfile, así como a la posterior fiesta amenizada por la actuación de Diana Ross (ni más ni menos). Tras este speech de tintes peliculeros y dejando las bromas aparte, ¡cuánto lo hubiera disfrutado!

MÁS SOBRE MARRAKECH

Otros lugares interesantes que visitar: la plaza de las Especias, el barrio judío, las Tumbas saadíes, la mezquita de la Koutoubia (sólo por fuera, a menos que seas musulmán), los jardines de la Menara…Tres noches no dieron para mucho más. El alojamiento en un riad resultó ser una muy buena elección. La ciudad cuenta con muchos. También dispone de estupendos hoteles, algunos de súper lujo como La Mamounia, o el Selman Marrakech.

En cuanto a restaurantes, los hay realmente bonitos. Unos con decoración autóctona, otros de ambientación más europea. En Le Marrakchi, situado en la plaza Jemaa el Fna sirven alcohol. También hay sitios mucho más básicos desde el punto de vista estético pero con una calidad-precio excelente, es el caso de Snack Toubkal en la misma plaza. El Nomad es uno de los lugares de moda, situado en la plaza de las Especias tiene un aire más cool.

Concluyendo, me quedo con los colores, el olor a especias, el bullicio de sus plazas y calles, los sabores de su gastronomía… El cuscús, el tayín, la pastela y, qué decir de los dulces…muero de placer por ellos. La miel, el hojaldre y los frutos secos constituyen la base de su pastelería. Baklavas, ghoriba, briwat o mamowl. Son nombres complicados pero bastará señalar lo que queréis y el vendedor os irá llenando la bolsa con estos tesoros de la repostería.

Lo peor, el tráfico. Educación vial, dos palabras que todavía no han llegado a Marrakech. Mención especial para el tránsito de motos, bicis y carros tirados por burros en el interior del Zoco…de locura. ¡Ah! me olvidaba de otro dato que en la balanza aparece restando, la dificultad para encontrar sitios en los que se sirva alcohol. No es que tome mucho pero la cerveza… Eché de menos poder tomar una bien fresquita en cualquier lugar y/o momento, sobre todo después de una larga caminata a más de 30 grados de temperatura.

Como hay que ver siempre el lado bueno de las cosas…que no cunda el pánico, son molestias rápidamente compensadas con el monto positivo. Se puede tomar alcohol en algunos locales, el problema es que son pocos y el precio demasiado elevado. Así que, en beneficio de vuestra salud y economía…consumid zumos, son espectaculares. Y en este momento un nuevo «pero» hace su aparición, prestad atención a cómo los preparan y aseguraos de que no sean rebajados con agua. Es peligroso tentar a la suerte en este punto, mejor bebed sólo la mineral embotellada.

Los looks, cómodos y frescos.

Entre mis adquisiciones no han faltado las sandalias ni las babuchas, gandoras, manos de Fátima para marcar las lecturas, especias, infusiones…

¡Visitad Marrakech! Os va a gustar. Y recordad, si decidís ir, mejor en meses no veraniegos… demasiado calor para nuestros europeos bodies.